Decía Cervantes a través de D. Quijote de La Mancha que donde música hubiere, cosa mala no existiere (Parte II, C-34), a lo que respondía Sancho Panza que la música es siempre inicio de regocijos y de fiestas. Ay amigo Sancho, somos aquí muy seguidores de esto último. En todas las fiestas y celebraciones de nuestro pueblo siempre ha estado presente la música. Pero no siempre ha sido como tan fácil acceder a ella como la conocen nuestras últimas generaciones, sino que ha sido de la forma más artesanal que se pueda pensar en tiempos donde no existían los medios actuales.

Hasta aproximadamente los años 60 del siglo pasado, la única forma de hacer música en las zonas rurales era a través  de los instrumentos acústicos. Me contaba mi abuelo (Juanito Batalla), que en las fiestas se esperaba a la banda de música a la entrada del pueblo y era un momento muy importante, porque podían escuchar la música que venia de fuera. Y los que tenían mejor oído del pueblo se quedaban con las melodías para luego sacarlas y tocarlas cuando se fuera la banda. Estos músicos locales no habían estudiado en una escuela de música , sino que desarrollaron la habilidad musical con su esfuerzo y tesón, para que en su pequeña sociedad rural se pudiera disfrutar de la música. Podéis ver en la primera foto a gente de nuestro pueblo como Manuel Ruiz, con el acordeón (en la parte de arriba), a Crescencio Martínez y Modesto Merino al laúd (Crescencio también tocaba el violín), y Abilio Martínez, con la guitarra (a la derecha). También están en la foto Teofilo Martínez, Benito Añover, Marciano Rubio y Manuel Comendador.


Mi abuelo me hablaba siempre de su hermano Fermín, que tocaba el acordeón, y que tanto la amaba que se la llevo al frente, donde ya no volvió. Y aunque yo no lo conocí, es en parte responsable de que yo ahora toque la acordeón. Pero también y muy importante, fue mi prima Mari, la hija de Primi y Ángel. Durante un verano fui a su casa por las mañanas porque me dejaba su acordeón y me enseñaba a tocar. Es quien de verdad me inicio en la música.  No menos importante era escuchar a Alfonso, hijo de Nati, que tocaba en la puerta de su abuela Herminia, en la calle Mayor, y que me animaba a mi también a tocar en la puerta de la casa de mi abuelo a escasos veinte metros.

Pero había más músicos en el pueblo en esa epoca. Recuerdo asomarme a la ventana de las Escuelas Viejas, a escuchar la clase de Guillermo, el ciego de Santa Cruz, y la envidia que me daba ver guitarras, bandurrias y acordeones tocando juntos. Y también escuchar a Narciso Arquero desde el patio de la casa de mis padres, cuando estaba aprendiendo a tocar la dulzaina para acompañar a las danzantas después que dejo de venir el tío Milagros desde Villanueva de Alcardete. Claro que Narciso era un profesional de la música. el tocaba la trompeta, como podéis ver en la foto el Trio Ritmos Manchegos, con Demetrio a la batería, Casimiro Torres (Casi el de la autoescuela) tocaba el clarinete y al saxofón, un amigo de Horcajo de Santiago, que tocaba con ellos. También aparece en la foto Antonio Canorea "Ñoño", (en el centro con camisa blanca) que también tocaba el saxofón, aunque en la foto no lo lleve. El resto son Eugenio Torres, Pedro Torres y Julián Muñoz (el antiguo alguacil). Estos grupos eran alma de las fiestas y acompañaban el baile de todos los domingos que las parejas esperaban con expectación para poder acercarse. Esta claro que no todos los que han sido músicos en el pueblo están en esas fotos, ni mucho menos en mi memoria, y seguro que más de uno y más de una podrán hablar de más gente.


El caso es que al final del siglo pasado y lo que llevamos de este, se ha impulsado más la música realizada con medios electrónicos para acompañar los festejos, ya sea con orquestas amplificadas o con Djs, y hemos desplazado la música hecha con instrumentos acústicos. Tan sólo se salvaba la música que acompaña a las procesiones. Después de Narciso fue Ángel Mota quien acompañaba con la dulzaina a las danzantas en las procesiones de San Antonio y la Virgen del Castillo. Posteriormente tomo el relevo Leandro Salazar durante varios años, y la última vez que salieron a danzar fue Miguel, el nieto de Ñoño, quien acompaño con el toque de la dulzaina. Quizás deberíamos impulsar tanto la danza como el toque que las acompaña para no perder la tradición. Seguro que podemos echar mano de nuevo de Villanueva de Alcardete, donde Rodrigo y Belén Santiago continúan con los toques de dulzaina y nos podrán ayudar a conservarlos también en nuestro pueblo.

Y como iniciativa para preservar la practica musical, se ha impulsado en nuestro pueblo desde el año pasado la recuperación de instrumentistas para eventos tan tradicionales como "Los Mayos" que se celebran la noche del 30 de abril. Este año han participado Pepe (el de Santa Cruz), con el laud, Roberto (yerno de Lole), también con el laúd, Alex, (hijo de Antonio Moroño), con la caja, Miguel (nieto de Ñoño e hijo de Isabel y Luis Miguel), con el acordeón y un servidor Juan Antonio (hijo de Cele Puchero y Carmen de Batalla), también con el acordeón. Y como instrumentistas no habríamos hecho nada sin el magnifico coro de Cabezamesada, dirigido por Mari Comendador (la de Pepe). Agradecemos al Ayuntamiento de Cabezamesada por ceder el espacio del Centro Socio-cultural José Herrero para los ensayos y a la Asociación Cultural "Pozo Pindongo" por su apoyo y ayuda a la difusión. Espero que se pueda continuar con la tradición musical durante muchos años en el pueblo y que sigamos teniendo música para rato y nos ayude a tener una mejor convivencia entre todos, porque donde la música hubiere, cosa mala no existiere.

Mayo, 2024

Juan Antonio Salazar Arquero